
En la medida que eres más tú, más te abres a los demás y más te comprometes con el mundo. El último paso del Zen es “volver al mercado”, pero viendo las cosas de otra manera. La última meditación de Ignacio de Loyola en sus Ejercicios es ‘La contemplación para alcanzar amor’, que consiste en ver el mundo de otro modo, como un fanal que transparenta la luz, la paz y la alegría, y convertir tu vida en un trasvase de amor con ese mundo. Entonces las situaciones dejan de ser conflictivas para ti. Las vives con amor y desapego al mismo tiempo. Te das cuenta de que los problemas no venían de fuera. Los ponías tú.
Gracias a esa mezcla de interés/desinterés ya puedes comprometerte en la lucha por un mundo nuevo de una forma eficaz y libre. Habrás conseguido lo que me dijo aquel monje zen del Japón: ‘Hazte plenamente el ser que ya eres’. En una palabra, habrás dejado de ser marioneta del tiempo, habrás comenzado a despertar.
Cuando llegue
a esa fuente,
cuando encuentre
ese agua,
cuando llene
este cántaro,
cuando riegue
este mundo,
cuando apague
esa sed,
me sentaré…
(R. Tagore)
a esa fuente,
cuando encuentre
ese agua,
cuando llene
este cántaro,
cuando riegue
este mundo,
cuando apague
esa sed,
me sentaré…
(R. Tagore)
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