Por Juan María Laboa
Es en vacaciones cuando podemos experimentar que la Iglesia es un espacio de acogida y de comunidad más informal, capaz de reconfortar. Sólo Cristo es el punto de coincidencia de tantos diversos.
En vacaciones nos trasladamos a otros lugares, a países y continentes diferentes con ánimo festivo, más abierto y receptivo. Generalmente, es un momento mágico, pero, a veces, se convierte en contradictorio o destructivo: todo el mundo lo ansiamos, pero las consecuencias, a menudo, son inesperadas: enfados, tiranteces, separaciones matrimoniales, aumento de estrés…
Convivir con la familia es siempre un reto a nuestra madurez, respeto paciencia, capacidad de comunicación, de escucha y de aguante. Por otra parte, no tener nada urgente que hacer y descubrirnos sin espacios de soledad puede convertirse en desesperante y frustrante, hasta sentirnos abocados a la irritación y frustración.
Por contra, deberíamos convertir este tiempo maravilloso en espacio de libertad y madurez personal, en tiempo de reflexión pausada, en ocasión para esas conversaciones, con frecuencia pospuestas, con nuestro cónyuge o amigos, en dedicación a lecturas necesarias, pero consideradas no urgentes, en planteamientos de cuestiones que deben orientar nuestra vida.
En este mismo sentido, es en vacaciones cuando podemos experimentar que la Iglesia es un espacio de acogida y de comunidad más informal, capaz de reconfortar. Topamos con personas de distintos ámbitos y tradiciones, con sacerdotes que pueden ser capaces de crear una comunidad de fe y esperanza con personas sin puntos de referencia comunes, con un ánimo más libre y receptivo. Sólo Cristo es el punto de coincidencia de tantos diversos. Si somos capaces de sentir y descubrir su cercanía, podremos llegar a ser conscientes de que nos reunimos en su nombre, de que somos hermanos, de que Dios es nuestro Padre, de que puede ser la ocasión de reorientar nuestras decisiones. Si lo logramos, seremos capaces de realizar verdaderamente el gesto de la paz.
Artículo publicado en la revista Vida Nueva, nº 2671.
En vacaciones nos trasladamos a otros lugares, a países y continentes diferentes con ánimo festivo, más abierto y receptivo. Generalmente, es un momento mágico, pero, a veces, se convierte en contradictorio o destructivo: todo el mundo lo ansiamos, pero las consecuencias, a menudo, son inesperadas: enfados, tiranteces, separaciones matrimoniales, aumento de estrés…
Convivir con la familia es siempre un reto a nuestra madurez, respeto paciencia, capacidad de comunicación, de escucha y de aguante. Por otra parte, no tener nada urgente que hacer y descubrirnos sin espacios de soledad puede convertirse en desesperante y frustrante, hasta sentirnos abocados a la irritación y frustración.
Por contra, deberíamos convertir este tiempo maravilloso en espacio de libertad y madurez personal, en tiempo de reflexión pausada, en ocasión para esas conversaciones, con frecuencia pospuestas, con nuestro cónyuge o amigos, en dedicación a lecturas necesarias, pero consideradas no urgentes, en planteamientos de cuestiones que deben orientar nuestra vida.
En este mismo sentido, es en vacaciones cuando podemos experimentar que la Iglesia es un espacio de acogida y de comunidad más informal, capaz de reconfortar. Topamos con personas de distintos ámbitos y tradiciones, con sacerdotes que pueden ser capaces de crear una comunidad de fe y esperanza con personas sin puntos de referencia comunes, con un ánimo más libre y receptivo. Sólo Cristo es el punto de coincidencia de tantos diversos. Si somos capaces de sentir y descubrir su cercanía, podremos llegar a ser conscientes de que nos reunimos en su nombre, de que somos hermanos, de que Dios es nuestro Padre, de que puede ser la ocasión de reorientar nuestras decisiones. Si lo logramos, seremos capaces de realizar verdaderamente el gesto de la paz.
Artículo publicado en la revista Vida Nueva, nº 2671.
1 comentarios:
Boas a todos, não sei se é aqui o local indicado para anunciar o meu convite, peço desculpa se não for. Este convite tem como base no recrutamento de “Bloggers”, “Postadores”, etc. Ou seja, vou prosseguir com a criação de uma Comunidade, e estou á procura de pessoas que queiram ajudar… A comunidade chamar-se-á NightSoft, irá falar sobre todo o tipo de assuntos, procuro pessoas que tenham aptidões em qualquer tipo de assunto. Quem estiver interessado, mande um e-mail para: informacoes.nightsoft@gmail.com ou mande um comentário a partir do seguinte link: http://nightsoft.blogs.sapo.pt/40000.html?mode=reply#reply!
Obrigado pela Vossa ajuda!
Abraço!
Publicar un comentario