Publicado por FAST
José Antonio Álvarez, del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), misionero en Togo durante los últimos diez años, ha compartido con OMPress su experiencia durante estos años. Este sacerdote burgalés considera que ser misionero en África o en Asia es como «un pararte, un empezar despacito, un volver a nacer». De alguna forma, añade, eres como «un niño que necesita todo, que le entiendan, que le ayuden. Al inicio eres dependiente en todo. Es bueno este sentido de pequeñez, de pobreza para empezar. Así, la primera experiencia del misionero es que necesita de todo, porque estás en un medio que no es el tuyo, que no conoces, en el que dependes de mucha gente. Y, poco a poco te dejas asimilar por la gente a la que vas a ayudar, se te mete dentro. Eres misionero aprendiendo, no se nace».
Cuando se llega a África es «un choque de la vida corriente por las calles, los colores, los olores, la música, el calor, todo se te va metiendo».
Togo es una pequeña franja de tierra, un país muy pequeño. El sur, donde está la capital, tiene una mayor población católica. José Antonio trabajaba en el norte, en la diócesis de Dapaong que cuenta con unos cuarenta años de vida. Allí se empezó de cero, porque la Iglesia está menos establecida.
Hay un obispo local y los sacerdotes del IEME se ponen a su disposición para que les asigne una tarea adecuada a las necesidades de la diócesis. A José Antonio se le encomendó una misión con un poblado principal y otras 18 pequeñas estaciones misioneras, donde ha pasado los últimos ocho años.
Reconoce que lo específicamente propio del IEME es estar con el clero local. «Vivimos con ellos, con los sacerdotes de allí. Son sacerdotes jóvenes que han estudiado en Lomé, donde está el seminario interdiocesano del país. Al trabajar con estos jóvenes les aportamos indirectamente un carácter sacerdotal. Somos educadores de este clero joven que aprende lo que es la vida de pastoral, lo que es ser sacerdote, involucrarse con la gente, dejar aparte el paternalismo, trabajar con los medios que tenemos sin esperar que te vengan las cosas arregladas de fuera».
0 comentarios:
Publicar un comentario